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kiosko de poesía número 23

Alejandro Pérez Guillén

Antonio Dafos

Anuk Kann

Aurora Pintado

Belén Sánchez

Carlos Cervello

Gustavo Sorenson

Javier Bozalongo

Javier Esteban

Jorge Fernández Bustos

José María Contreras

María Ruiz

Pablo Casares

Pedro Javier Martínez

Pepe Ramos

Rafael Juárez

Nello Rosolino Rosolini

(Trad. Andrea Perciacante)

Alejandro Pérez Guillén

GRAFITTI

 

A Manuel Pérez-Casaux

 

Yo canto a las paredes

templadas por el spray,

pintadas por la mano

azul de la palabra.

 

Imágenes contemplo de grafittis

con lágrimas prestadas por el tiempo,

con sueños agrupados

entre las juguetonas arrugas de pared

y grietas amarillas en el rostro.

 

Los espejos ya no mienten,

ni tampoco son capaces

de devolver el pasado.

 

Antonio Dafos

UN POEMA ESTRICTAMENTE DOMÉSTICO

 

¿Y si ponemos manteles

sobre manteles? Déjate verlos posarse

alegremente - prados blancos

sobre amarillos o grandes aves

que van llegando a su lugar

en los acantilados- y, por una vez,

pensemos que así son

nuestros días.

Y amodorrantes,

porque me mece algo como un mar

que me hubiera acompañado

hasta la fresca pérgola que los párpados

han puesto a la general claridad del día

dejando ahí fuera un cigarrillo,

en la mano,

que en parte escala al cielo

y quema en parte

esta fina capa de nuestro tiempo presente,

quemando la fina capa de ayer,

las capas de ayeres

y mi brasa de hoy es, por fin,

la de mi abuelo que murió hace tanto,

que al morir hacía una quemadura,

laxa la mano,

en su butaca de las siestas

mientras pregustaba un consomé.

(Mi abuela fue a llevárselo.

Le encontró ya

muerto.)

Y al volver en mí

así elijo decirte

que le he puesto un quemón

a tu mantel preferido.

 

Anuk Kann

LAS HORAS

 
Aún cuando nada queda
todo sobra
Aún cuando nada suena
más allá de estas sombras
Aún cuando todo a oscuras
no sabe de la luz de las horas
Aún cuando las horas ruedan
como ruedas de horas
y nada me dan
sólo horas, horas, horas

 

Aurora Pintado

las paredes [99rooms.com]


están en las paredes
dentro
de las paredes
cuerpos atrapados en azulejos
caricias reducidas a dibujos
sobre desconchados sobre mis manchas

están en las paredes
dentro
de las paredes
cuerpos rodeados de tuberías
caricias insinuadas entre el ruido
entre el ruido de cajas de fusibles

están en las paredes
dentro
de las paredes
hemos llegado tarde a la humanidad
que se ha desintegrado evaporado
soltando un olor a muerto discreto

[sí - tu padre tuvo tiempo de ahorcarse
él pudo escapar a la condena de mirarnos incesantemente desde
-------------el plano fijo
-------------el plano fijo
-------------el plano muerto]
[sí – sucedió todo tan deprisa que los médicos
no encontraron forma de frenar un armagedón
de diseño]
[sí – hasta los ecologistas tuvieron miedo
a pesar
de haber buscado tanto el final
entre las frecuencias distorsionadas en las que sus cerebros
rastreaban
un mundo mejor
abriendo jaulas de animales]

están en las paredes
dentro
de las paredes


pero con aliento para observarnos

 

Belén Sánchez

INTENCIÓN DE OLVIDARTE

Poema por Kavafis.

 

 

 

Habría que cavar, y hondo,

para recordar el sabor de tus besos

tus besos bajo tierra por fin,

bajo dos veladuras,

el rencor una

y este esfuerzo ingenuo también

de creer que pudiera olvidarte,

 

tanta sangre latida y desechada

detrás de aquellos besos,

y tanta sangre después de aquellos besos,

tanta que debo de haber mudado

varias veces

este deseo que te recordaba

y me recorría junto a la sangre.

 

Así que podría haber finalmente olvidado

el maltrago de tus besos.

                                          Menos mal.

 

Carlos Cervello

GRECIA

 

El mar golpea insistente y sin culpas

la arena blanca de esta tarde gris

que tu conviertes en transparencia.

Tendida y abandonada junto a mis manos,

el aire se empecina cobarde

en alborotar mis cabellos y las páginas

de un libro que ya no recuerdo.

Por la noche, vendrán los amigos,

el vino silenciará nuestras culpas

y nos hará sentir más cerca de todo.

Grecia es para mí ese mar común y el verso

de quien nos sabe cómplices de otoños,

también una puesta de sol, el mismo sol,

y la terrible felicidad de saberse hombre,

de no querer nada más que este mar,

y tus manos, y la mirada serena y firme

del Poseidón de Artemision frente a mí.

 

 

Gustavo Sorenson

TRETA

 

Camino cada línea lentamente

Pues aunque sé muy bien de dónde vengo

Ignoro a dónde voy. Yo no me avengo

Al paso turbulento de la gente.

 

Separado del tiempo y su corriente

Avanzo, vuelvo, dudo y me detengo.

Sé también que en el libro que sostengo

Cada paso fue escrito previamente.

 

En el prólogo, el resto del camino

Se ha cifrado, como también la meta.

Callado y solitario peregrino

 

La página estrellada de siluetas

Y leyendo me burlo del destino.

Yo sé que en todo libro hay una grieta

 

Javier Bozalongo

RETROCESO

 

Si las flores huyen de los jardines

y las lágrimas fluyen al interior del ojo.

Si llueve hacia las nubes.

Si crece hacia la tierra el árbol

y hunde sus raíces en el aire.

Si alumbra el sol tu insomnio

y la luna calienta el mediodía.

 

Si avanzas hacia atrás

no vuelves al principio.

 

(De Distancia razonable, Vitolas del Anaïs, nº 16)

 

Javier Esteban

PÚGILES

 

púgil i

 

le hilvano igual

donde nos cae

el vigésimo quinto

decimotercero

círculo del paritorio

nuestra revisión 

el vándalo muñón

de un trivio que estampé

en contrato y qué

que qué de qué

qué interdicciones

qué jaikú

qué báscula y qué tercios

de escayola

y para siempre

eh beatriz

legué a la parla

 

púgil ii

 

dijo que

en la antigua timba

este gañán

bregaba aldaba

hinchaba

hubiera hendido

en primorosa tacha

al respirarse ay confesión

de un urdo

que no suelen

conceder

 

púgil iii

 

tu has pensado las ciudades

por lo tanto

habitarás

someras paces 

matrimonios

espectáculos del rosco

y las baladas

apilándose

sin gracia

 

púgil iv

 

este aprender tardando

y desde luego

amenizarte sin la prisa

de otros paños

otras fugas

otra tromba ni otro alcohol

que es suficiente

para hartarnos

de este mayo sobre parques

como una primera vez

 

Jorge Fernández Bustos

CANCIÓN INFANTIL

(para dormir abrazado a la almohada)

 

Tuve una muñeca

vestida de azul,

con delicadeza

coge el autobús.

 

Acabó lo nuestro

y se despidió,

hoy la veo de lejos

con mucho dolor.

 

Dos y dos son cuatro,

cuatro y dos son seis;

vivo de recuerdos,

no me despertéis.

 

José María Contreras

SUFRIMIENTO SIN CAUSA

Hoy sufro solamente

César Vallejo

 

Hoy sufro solamente

en esta habitación

que viste un traje de rombos añiles

y una larga pamela

celeste como el mar.

 

Hoy sufro solamente

en esta habitación

donde reside un retrato que es un espejo

y un par de maletas ajadas

que sufren como yo.

 

Hoy sufro solamente

en esta habitación

que no es una habitación sino un mundo

donde naufragan barcos de papel

sin ninguna tripulación.

 

Hoy sufro solamente

en esta habitación

donde sólo hay una redonda pecera vacía,

donde sólo sufro la esperanza que implica

no tener esperanza.

 

Nunca la quise,

¿acaso importa?

Hoy sufro solamente.

Ella no supo desvelar

sus botones azules

ni tampoco yo supe hacerla

llorar.

 

Hoy sufro

tal y como sufre la luna

circularmente, blancamente… silenciosamente.

 

Hoy no sufro más de lo necesario

ni menos de lo permitido.

 

Hoy no sufro por amor, por dolor ni por sueño.

 

Hoy sufro solamente.

 

María Ruiz

MANCHAS DE CAFÉ EN MIS APUNTES

 

Te observo mientras tú,

ajeno a las cadenas que dibujo

para soñarte menos, me sonríes.

 

Dos tazas de café sobre la mesa.

Al otro lado está tu respirar,

palabras que pronuncias y yo apenas distingo

si me detengo un instante en tu boca

y me envuelve ese beso que me invento

-olvidando mis labios

para ser ya los tuyos-.

                                                   Tu voz,

como un disparo, me despierta.

Me despierta otra vez de tu sonrisa

y tú no te das cuenta.

Te beso mientras tú

ajeno a estos nudos que desatas,

más vivo en mí ahora que en ti mismo,

no te imaginas

las veces en que muero por tu pecho

 

(De Manchas de café en mis apuntes, Vitolas del Anaïs, nº 12)

 

 

Pablo Casares

POÉTICA

 

 

Hay algo peor

que un poeta

sin talento.

 

Y ese soy yo:

 

Un hombre

corriente

pero

con una

obstinada

necesidad

de explicarse

con palabras

-mayormente

inexactas-

el mundo

que habita.

 

Pedro Javier Martínez

MAÑANA GRIS

 

 

Ha amanecido gris esta mañana                       y algaracean sobre mi corazón                     las despiadadas lágrimas de enero.               He salido a la calle                                     con el saco del alma sobre el hombro        para buscar la flor de la alegría                     en alguna mirada, en el latido                        de un corazón afín                                        o en el revoloteo de palomas                     que, como yo, mendigan en las plazas          las dádivas de amor de los viandantes.          En la cafetería de la esquina                           la hacinada parroquia se diluye                     en los efluvios del café y el humo                   y una joven pareja                                   arrulla su ardentía                                      ante las cristaleras empañadas.                Cruza la gente frente a mí, embutida             en amables abrigos,                                   con el rubor del frío reflejado                       en la punta de la nariz. Se alejan,                 con presuroso paso,                                   sin dedicar siquiera una sonrisa                      a este prójimo triste                                    que pordiosea amor sin restricciones          por esas calles de la indiferencia.             Sigue la nieve, pertinaz, ahogando                las pavesas de lumbres seculares                    y regreso a mi casa conturbado,               huera el alma y la vida.                                 Lo intentaré de nuevo. Otra mañana              en que el azul y el sol me sean propicios.

 

Pepe Ramos

ELEGÍA A MARCOS DELGADO

 

Sólo puedo ver tu cara, Marcos Delgado,

delgado, miope y desdentado. Sólo

puedo ver una parte, hermano,

tu mitad hueso y calavera descarnada,

tu nombre en la pulsera de plástico

hecha de eternidad cuarteada

                                          y de duelo.

 

Sólo puedo ver esa parte Peter

Pan, Durruti, San Juan,

de aquel que día a día sale a buscar

una pequeña ración de esperanza,

ánimo frugal, minúsculas cápsulas

de aliento que compartir,

Robin Hood de hospital.

 

Sólo puedo ver el otro lado,

sólo junto a tus padres caminando,

sólo, en soledad, pero nunca solo,

ahora ya siempre eterno, liberado.

 

Sólo puedo ver tiritando bajo las mantas

un Ecce Homo convulso y entubado,

exorcista de mis miedos,

padrenuestro,

cuatro esquinitas, Padre Karras.

 

Sólo puedo ver tu cama vacía, silueta

del hombre invisible en la sábana.

Sólo puedo verte riendo,

metiendo mano a la parca.

 

Sólo puedo ver

la mitad de lo que fuiste:

cigarra que supo

que no existe el invierno,

mortal excedente de cupo,

huésped de paso en tu cuerpo,

triste ausencia en un lecho,

mitad inabarcable, vasta, larga.

 

La otra mitad, sospecho,

no tardaré en mirarla.  

 

Rafael Juárez

SIGLO XX

 

Dejé los siglo dieciocho

y diecinueve atrás para quererte,

porque tus ojos y tus labios son

el siglo veinte.

 

Amo las norias lentas y las parras

de sombra verde

y las palabras claras que me dices

serenamente.

 

Pienso estas cosas

como quien cruza sin mirar un puente.

(De La novia nueva, Vitolas del Anaïs, nº 15)

 

 

Nello Rosolino Rosolini

(Trad. Andrea Perciacante)

LEJOS DE AUSCHWITZ

 

Y no pasará este pasado

porque siempre veré

en el rostro de alguien

el guiño de aquellos que arrastraban

los condenados al fin.

 

Siempre oiré los gritos de mando

en aquella lengua

que me estallaban en los oídos

como un disparo.

 

No tengo que ir a Auschwitz

para recordar.

 

Aquel horror

lo llevo todavía encima,

una piel que aprieta.

El tiempo me ha enseñado únicamente

a no gritar más.