Alvaro Salvador
EPITAFIO PARA UN POETA
PASADO DE MODA
Si alguna vez la fama le
faltó
a cambio tuvo felicidad
de sobra.
(de 4 haikus y un epitafio, Vitolas del Anaïs nº 10)
Álvaro Tato
HEROIDA 2017
Fui programada hermosa, dulce y suave
para el fugaz descanso del varón
que lanza rayos más allá de Orión
desde la hostil torreta de su nave.
Llegaste tú, terrible, amargo y grave.
Mientras luchabas con marcial tesón
yo te esperaba insomne en la estación
rezando: que la guerra nunca acabe.
Vuelve a tu mítica Tierra lejana,
vuelve a tu mundo y a tu esposa humana,
mi amor atrás, tu vida por delante.
En esta ingrávida estación vacía
ya no te espero y me hace compañía
mi hueco corazón de replicante.
Ana Gorría
CÁMARA DE NIEBLA.
Suave,
como una flor naciendo
entre la escarcha.
Suspendidos
los dedos,
son los hilos
los que tejen también la
soledad
en la que anida el frío
como una mariposa
desganada.
Como cayendo lluvia en
los tejados
era el círculo en
nieve que se abría.
Suave,
tan despacio
como cesando el ácido en
el ánimo.
Anuk Kann
TU, SIEMPRE
Momentos me siguen
me aprietan, me gimen
me llevan el alma colgada en abriles
en flores, en parques
y en manos viriles
...
Tus manos, tu aliento
tu cara, tus gestos
comiéndome dulce
robando mi piel
tiñendo mi ayer
mi hoy, mi siempre
Aurora Pintado
EL CUERPO COMO HERRAMIENTA DE
VACÍO
eres el que camina
sobre el filamento de la bombilla
el que le dice a las líneas blancas
que me llevas a casa
deshaciendo el silencio
que me aturde
con metal y cristales
el que después de tantos
------------------tantos
------------------tantos
------------------cortes y contusiones
aún duda
[se pregunta en voz alta]
cuál de esos dos hermanos viene
así despacio
a buscar
la historia escrita
sobre las entradas de conciertos
pegadas en mi pared
Belén Sánchez
SANTORAL
I. Poema antecedente:
María de los Encajes
Hecho en Granada, a 21 de noviembre, 1992, Presentación de Nuestra
Señora.
A Consuelo
Ella roza siempre el
mundo aparte
que ofrece el arcángel a
los desnudos
y camina como una mujer
aparte
y conversa
por el filo de las
espadas
leyendo cualquier nuevo
entusiasmo y feliz
le querrá seducir sin
palabras
con un flis flas de
gotas rosas
que son gotas de perfume
sobre las hojas y el
lecho del escote,
invitando en general
a la lectura y al amor.
Crespo
NOCTURNO
la luz negra ilumina entre flashes
el chunda-chunda de una noche chunga
horizontes de carreteras inundadas de
garrafón
autovías claveteadas de colores
electrónicos
Santa Teresa frenética traspasada de
éxtasis
saquíes escanciando por sus poros
Paraísos sintéticos
poetas borrachos buscando taxi a las
seis de la mañana
a las puertas del Infierno
aquel garito de chupas de cuero con
cicatrices metálicas
luz negra coloreando ojos alucinados
y música analógica de guitarras y
tambores
todo tan primitivo como el Fin del
Mundo
anunciado en la avenida de luces
fluorescentes
una noche chunga entre chunda-chunda
y carreteras de garrafón polarizado
Danilo
TRAYECTO DIARIO
Luminoso llega el mediodía,
mientras desde el balcón a tu tienda me
deslizo
para plantarme ante tí, robarte una
sonrisa
y algo de dulces, que tu ilusionado
despiste
permite que introduzca en la mochila
Te guiñó un ojo.
Atravieso porterías y esquivo personas,
hasta detenerme apoyado
en los reposaculos de plástico
que en los metros hay habilitados.
Ahora me llevan,
con tu sonrisa brillando en los ojos
que me ayudan a buscar
las chucherías que escondo
Breve paréntesis, antes de volver al
esquive de gentes
en las subterráneas venas del momento.
Hasta el segundo en que salto a un cielo
al que no llego
y caigo sobre las aceras, entre los altos
muros
donde tantas personas nos cobijamos o
hacemos dinero
Vuelo entre esas paredes
y cruzo calzadas rodeado de vehículos
gaseantes,
con diferentes concepciones del tiempo y
de vivir en el trayecto
que en el mismo punto a diario concluyo,
Plantándome ante las altas y frías puertas
de mi curro.
José Ángel
García
PRINCESS OF NOWHERE
abres la puerta /
te reciben jarrones y baldosas
cubiertas de polvo
o de recuerdo
descalzas tus zapatos
y andas con cuidado:
hay días que no reconoces tu propia
casa
te acercas al grifo
como quien busca claridad
y no encuentra ventanas
y regresas al tiempo:
el agua sigue sabiendo a rutina
y a frase perdida en estanterías
o crepúsculos
te sientas
tras el mando a distancia
percibes las arrugas de tu falda
y el calor que se instala piel adentro
suena la inconclusa de schubert
y tu mirada asiente
mientras baja el volumen
para no despertar a la memoria
Juan Carlos
Friebe
ÓLEO SOBRE LIENZO,
Detalle I
Llegó a la plaza en fiesta empujando un
carrito
Que encendió en las manos destartalados
ruegos
Encarecidos índices de niños
churretosos
Trastabillaron entre sí en el aire
Reclamando las mismas golosinas,
Y quedaron vacíos los columpios igual
que un corazón sin alegría.
El balancín siguió balanceando su
lánguido chirriar
Como agrietando el tiempo,
lastimándolo;
Las caretas de chino mandarín
Vieron ponerse triste al tobogán,
Y durante un instante de complaciente
holganza
que bien pudo durar cuanto un suspiro,
Quedé absorto degustando el día
Consciente de gozar un raro privilegio.
Como escuchando a mayo en una caracola.
Luis García
Montero
CORONEL GARCÍA
Una vez más
te vuelves a esperarme.
Igual que entonces
cuando me detenían los negocios
infantiles del mar
o las orillas silenciosas
de algún escaparate.
El niño vive un mundo propio,
un tiempo que se queda sorprendido
al bajar la marea,
como el agua parada entre las rocas.
Ibas tú por delante,
con tu prisa de siempre,
y al perseguir tu sueño
nevaba en las montañas
y la nieve caía
con su verdad de siempre.
Una vez más
te vuelves a esperarme.
Junto al reloj de oro de tu boda
llegó a nacer mi tiempo,
junto a los uniformes de soldado
el desaliño de mi letra,
y junto a la canción entonada en el
coche,
feliz y colectiva como un himno,
una tristeza de muchacho
que prefiere quedarse un tono por
detrás,
condenado a vivir las soledades.
Coléricos, creyentes, susceptibles,
cargados de razón, sentimentales,
extremos de una misma geografía
y muy enamorados,
he vivido la noche
con la misma franqueza soleada
que tú persigues en el día
y he buscado la luz
con las lecciones de tus sombras.
La palabra recuerdo ha nacido en el
norte,
en una calle fría de la ciudad de
Burgos,
y el porvenir parece una cigüeña
en el viento del sur.
Pero el norte y el sur
son dos gotas de agua.
Una vez más
te vuelves a esperarme,
cuando la piel de mi futuro
se escribe con la ley
de tus ochenta años.
Yo he sido
un amigo de muchos condenado a estar
solo.
Tú eras
un joven solitario perdido en un
ejército.
Y estás ahí,
muy joven o muy viejo,
con el mundo a tu espalda
y los brazos tendidos,
orgulloso de mí.
Conforme voy llegando
a donde tú me esperas
y confundo tus ojos con mis ojos,
me gustaría darte
un momento de paz.
Entre tú y yo, el árbol del orgullo
suele brotar en un jardín selvático,
entre raras especies
que viven al amor del exotismo.
Pero el norte y el sur son dos gotas de
agua.
Voy a decepcionarte también en mi
vejez.
(de Palabras de familia, Vitolas del Anaïs nº 14)
Luis Carlos
Mendías
...Y AL FONDO, LA MAR
Dime que he de ver el viento,
que en el viento he de quererte;
marinera,
dime que sí
Rafael Alberti
Llego anhelante acariciando al aire
cual fantasma inaudito de lo puro.
En el volcán del celo, con un alba
lejana y niña en el crujiente lecho,
se incendian nuestras pieles con la
noche
presagio indefinido en luz de luna.
Reverberan tus pechos esa luna
que ahuyenta en desespero a un nuevo
alba
y se derrama lenta por el aire.
No hay lujuria en mis manos, sino un
puro
instinto sobre el revoltoso lecho
de sábanas satén y afán de noche.
Encendidas luciérnagas de noche
rebotan sobre el cerco de la luna,
que hace mágico al mar de nuestro
lecho.
Posiblemente cuando acuda el alba
nuestro bajel de sexo y besos puro
halle en sus velas favorable al aire.
Tu estela femenina cruza el aire
entre dulces gemidos. Nuestra noche
es distinta y granada. Danza un puro
resplandor por la piel, como esa luna
que, asustadiza presintiendo el alba,
salta de la ventana a nuestro lecho.
Déjame, marinera, que en tu lecho
de barquilla indefensa siembre a mi
aire
azahar y jazmines. Que hasta el alba
me embriague sobre tu dama de noche
y aprenda a componer claros de luna
agostando en el alma lo no puro.
Di que sí, marinera, y mi amor puro
rendirá singladura sobre el lecho
de sensual oleaje. Que esta luna
me enseñará a abrazarte con el aire
favorable el las jarcias de la noche
hasta que, rotos, nos descubra el alba.
Despierta el alba envuelta en el más
puro
lecho de aromas tibios. Rompe el aire
la noche contra un vértigo de luna.
Pepe Ramos
AÑOS LUZ
Cada noche observo
el firmamento de Madrid.
Hago recuento de las estrellas visibles
y pienso que al llegar a mí su luz
pueden estar ya apagadas.
Cada mañana hago mi ronda
sobre el terrazo del pabellón.
Hago recuento de los presentes
y no pienso dejar que muera en mí
la luz de los ausentes.
Teresa Gómez
TU SILENCIO (I)
Las brumas del otoño
me enredan en sus hojas
y no está tu mirada
que me descubre el mar,
ni tu silencio como un
barco
desplegando sus velas
allá en el horizonte.
Y no están tus palabras
acercándome redes,
ni tu silencio como el
viento
alcanzando montañas,
silbando mis anhelos.
Pero tus manos hiriendo
mi cintura
serán como una playa
descubierta en la tarde,
y tu silencio estallará
arrastrando en la espuma
delfines y corales.
Tito Alvarado
FALLUJAH
Con metales estridentes y
bolas de fuego
vienen los infieles dioses
de occidente,
imberbes nacidos ayer a la
civilización
revestidos en dura piel de
indiferencia,
nos acosan con iras y
derrumbes.
Sus fuegos como rayos de
mil soles
nos queman el aire y los
pulmones.
Tocan casas, edificios, la
sagrada mezquita y nosotros adentro.
Bajo el ruido de bombas
cayendo como bombas cayendo.
Y nosotros, con las
bombas, cayendo al oscuro fondo de la fosa.
Ruido, llamaradas, polvo,
escombros,
sangre, ardores en la
carne y lamentos.
Luego silencio de muerte.
Decorados de muerte.
Hedores de muerte.
Odios de muerte.
Silencio de eterna muerte.
Los dioses héroes bajo el
peso de sus equipos
añorando el ocio del humo
de un malboro
o la pelirrubia para sus
fantasías de perro endemoniado,
En la cúpula, en los
paraísos alfombrados,
los más dioses que ellos
repasan las cuentas
alegres del negocio.
Nosotros aquí en este
agujero sin nombre que es hoy Fallujah,
solo resistiendo.
Muerto voy cubierto de
ruinas, viendo morir,
muerto estoy envuelto en
fuego, humo y alarido, escuchando morir,
muerto soy acosado por la
sangre derramada, sintiendo morir.
Ellos en su miserable vida
de invasores
sin más razón que sus
metales ardiendo,
refugiados en potentes
máquinas voladoras,
como ángeles
del infierno, nos queman con sus decretos,
acorazados en portentosos
aceros rodantes,
como
empresarios del mal, nos flagelan con sus odios,
guarnecidos bajo 30 kilos
de utilería mortal,
como
abanderados del progreso, nos entregan las llaves de la tierra arrasada.
Si resisto me matan, si no
resisto me mueren.
Las casas en el suelo, los
edificios en ruinas,
pestilencia, derrumbes,
vidrios rotos,
cráteres donde estallaron
las bombas,
panorama unicolor de la
destrucción.
Estas son las razones
de mi canto.