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kiosko de poesía número 20

Enrique Ortiz

Teresa Gómez

Aurora Pintado

Rafael Espejo

Pablo Casares

Álvaro Salvador

Álex Chico

Javier Benítez

Antonio Dafos

Alejandro Pérez Guillén

Julio César Quesada

Danilo

Vicente Gutiérrez Escudero

 

 

Enrique Ortiz

 JUAN BENET ANTE EL PORMA

  

Es cierto.

El anonimato glacial

del páramo confunde al viajero

en ese instante

primero de un viaje de invierno

y más tarde lo cercan

el mismo páramo,

idénticas jornadas

y su propia imagen reflejada

en el hielo.

 

Hace frío ante el Porma

y los acelerados mediodías

de este invierno norteño

están retrasando unas obras

que van a corregir, humildemente,

la prodigalidad de la naturaleza.

 

Y miro

y permanecen intocados

la primera visión,

los proyectos innumerables

y el trabajo a pie de obra

mirando cómo lo primero

deviene obra última

y sólo aproximada al sueño

que la impulsó.

 

Y la dignidad del oficio

y la dignidad del idioma

permanecen también,

irreductibles,

entre estas ruinas que contemplo

y que me obligan a decir que sí,

que es cierto,

que el viajero olvida y recuerda

ante la imagen agrietada

de un tiempo en el reflejo de los hielos.

 

Teresa Gómez

PALABRAS EN LA PIEL

 

I

 

Pusiste un gesto demasiado hermoso

allí, junto al deseo.

 

Elegiste mi nombre para dormir contigo,

pero no me dejabas acariciar tus ojos.

 

Me pusiste palabras en la boca,

palabras en las manos,

palabras en la piel

que me fueron vistiendo como a una emperatriz.

Pero no me dejabas acariciar tus dedos.

 

Inventabas la música,

las olas del mar aquel lejano,

y arrastrabas estrellas con tus pasos

que prendieron después en mi pelo tan negro.

 

En esta casa pequeña donde vivo

se ha instalado tu gesto de muchacho asustado

y van pasando noches con tu risa en las horas,

con mi nombre en tu boca como toda consigna.

 

Y van pasando ríos que son como tus brazos,

que son como tu cuerpo cruzado por los peces,

naufragado en el borde profundo de mis sueños.

 

y II

A Silvia

 

Palabras silencio para descansar,

palabras barco que navegan en mis sueños,

palabras libres para levantarme,

palabras fuerza en mi devastado corazón,

palabras amargas como la distancia

palabras beso que secan mis lágrimas,

palabras tiernas como tus labios en mi pelo,

palabras luz que iluminan mi destino,

palabras risa,

entrégame palabras.

 

Háblame

lejano,

poderoso,

confidente.

 

Acércame tu boca a la esperanza.

 

Dame tu voz, amor,

para cruzar el puente inexpugnable de la vida.

 

Aurora Pintado

NOSTALGIA DE OCKHAM EN EL CUARTO DE BAÑO
 

el diablo es una repisa torcida
cargada de botes de cremas
un despojo de horizontalidad
sostén de mentiras líquidas

en vez de tocar
en vez de mirar
en vez de oler
en vez de entregar la lengua por tan poco
extiende esta mezcla nueva sobre tu sueño
y empieza a ignorar las palabras que no volvieron nunca a casa

blanqueador dental para la tristeza de la tarde
en el infierno nunca pasarás frío

 

Rafael Espejo

DE NOCHE, LOS DOMINGOS

 

 

De noche, los domingos son más tristes.

Ayuda la impresión bobalicona

de la distante luna, cuyo velo de flema

irreal se contagia:

las familias se arropan a la lumbre

eléctrica, o apuran

los restos de la cena quedamente,

pensando ya en la paz merecida del catre;

descienden el telón de las persianas

y se rinden al sueño de sí mismas.

 

“Que nadie nos moleste”

digo entonces,

“un rincón donde no puedan tocarnos”.

Me aprietas silenciosa. Tú también tienes frío.

Pero los dos sabemos que quizás

sea mejor así,

caminar solitarios los recodos del pueblo

y a espaldas del convento

–piedras despellejadas con verdina–

nuevamente entregarnos en un culto

feliz porque salvaje:

                                 dos mamíferos

que luchan contra el medio por conservar no más

que su sangre caliente.

 

Pablo Casares

 COPLA DEL FUMADOR

 

Esperarte cariño

fue como dejar

de fumar:

 

Todo

a mi alrededor

se convirtió

en una

pálida

y ordinaria

sala de espera.

 

(De Madrugada, Vitolas del Anaïs, nº 9)

 

Álvaro Salvador

HAIKÚ DE LA HERRADURA
 
Sobre las olas
bandoneón de luces
la luna llena.
 
(De 4 Haikús y un epitafio, Vitolas del Anaïs, nº 10)
 

Álex Chico

SMALL BARCELONA RED WALL

(Guerrero-Scully)

  

No sabría precisar su dimensión.

Guarda, simplemente, lo necesario,

soportando con ligereza la cadencia

de todo su abismo. Sus cuadrículas

poco o nada simbolizan

más que para sostener el conjunto.

Todas ellas –piedras, restos –

son prueba latente de su abandono.

Es curioso: de tantos muros bordeados,

intentando sobrepasar su límite,

sólo este es capaz de encontrar su cerca.

Me lo encuentro al cruzar

una sala, y soy capaz de rodearlo

sin dificultad apenas,

y volver a mirar hacia él

como un extranjero, con disidencia,

como un prófugo que se detiene

en mitad de un museo a resguardarse

del frío y permanece vigilante, a la espera.

La fosforescencia, relegada a los últimos trazos,

va mucho más allá de la simple cerilla.

El color, solapado, grisáceo.

Imagino cómo sería

encontrármelo en mitad de una calle.

Posiblemente, resultaría igual

en todos sus efectos.

Al menos, ahora compruebo que existe

el lugar, esa mínima evocación,

de escasas dimensiones,

que ya nunca me permitirá pasar

hacia el otro lado de la muralla.

 
(De Las Esquinas del Mar, Vitolas del Anaïs, nº 11)

 

Javier Benítez

EL PISTOLERO

 

Amor de mis entrañas, prueba suerte

que hoy vengo disfrazado a tu medida,

y sin pudor te ofrezco una partida

que me de la ocasión para tenerte.             

 

No temas a jugar. Cógela fuerte,

la bala del amor es recibida

por el tambor rugoso donde vida

no nacerá jamás, pues todo es muerte.

 

Sostengo la culata entre mis dedos,

levanto el percutor, respiro hondo.

Oigo tu corazón acelerado.

 

En el ambiente flotan nuestros miedos.

Pongo en tu boca su calor redondo

y si aprieto el gatillo habré ganado.

 

Antonio Dafos

ESPECULACIÓN RÁPIDA

 

Cualquier espejo o bien cualquier

fragmento de espejo, si un fragmento

es concebible siendo algo ilimitado,

puede apartar un momento nuestro rostro

de nosotros. Éste, en la mesa,

le descarga de su faz y la acomoda

entre enseres, diremos que más propios,

de mantel: bodegón con frutero, tabaco

y una cara y que le agrada porque,

triste – por razones que no vienen al caso-

estando, le ha quitado de en medio

y acogido aquello que sea él y su pesar

entre cosas del mundo por un rato,

cediéndole una orilla para verlo.

 

Alejandro Pérez Guillén

GRAFITTI

 

Yo canto a las paredes

templadas por el spray,

pintadas por la mano

azul de la palabra.

 

Imágenes contemplo de grafittis

con lágrimas prestadas por el tiempo,

con sueños agrupados

entre las juguetonas arrugas de pared

y grietas amarillas en el rostro.

 

Los espejos ya no mienten,

ni tampoco son capaces

de devolver el pasado.

 

Julio César Quesada

CON LA MUERTE EN LOS TALONES

 

Largo tiempo has cohabitado en los vientres

lunares, bajo una placenta de una pulcritud

extrema que te resguardaba de la lluvia,

que sólo conoce la condena de la calma

y el olvido de uno mismo.

Largo tiempo has participado del azar

de un fuego incansable en su calor,

del crepitar de cirros ocres sobre unos labios

que disuelven la posibilidad de celebrar

una vez más el alba.

No dejas de vislumbrarte como si fueses

un paisaje casi invisible por la última luz.

Cuándo dejaste de ser habitable.

Fue la lucidez de tu ajuste la que a la vez ahuecó

tus ojos y reconstruyó tu cuerpo que ha sido

privado también del ritual agridulce de pensarse

muerto.

 

Danilo

CABALLO DE PALABRAS

 

Utilizo la conductividad del cielo

para que vuele el yo en su caballo de palabras.

Hoy el Sol se siente

para todo aquel que desee serlo.

Y en verso se dibuja cual columna de humo doméstico

toda acción humana y todo buen pensamiento.

 

Vicente Gutiérrez Escudero

 

¿te has encontrado últimamente

con un tigre en las calles de tu ciudad suele

ser habitual encontrarte con cisnes/ogros cabizbajos

que tras un día perdido se te van

echando encima que no descubran tu escondite que

no descubran que tu ascensor huele a perfume que

no te muerdan     contagian enfermedades