es.
Ayuda
la impresión bobalicona
de la
distante luna, cuyo velo de flema
irreal se contagia:
las
familias se arropan a la lumbre
eléctrica, o apuran
los
restos de la cena quedamente,
pensando ya en la paz merecida del catre;
descienden el telón de las persianas
y se
rinden al sueño de sí mismas.
“Que
nadie nos moleste”
digo
entonces,
“un
rincón donde no puedan tocarnos”.
Me
aprietas silenciosa. Tú también tienes frío.
Pero
los dos sabemos que quizás
sea
mejor así,
caminar solitarios los recodos del pueblo
y a
espaldas del convento
–piedras despellejadas con verdina–
nuevamente entregarnos en un culto
feliz
porque salvaje:
dos mamíferos
que
luchan contra el medio por conservar no más
que
su sangre caliente.
Pablo Casares
COPLA DEL FUMADOR
(De Madrugada, Vitolas del Anaïs, nº 9)
Álvaro Salvador
HAIKÚ DE LA HERRADURA
Sobre las olas
bandoneón de luces
la luna llena.
(De 4 Haikús y un epitafio, Vitolas del Anaïs, nº 10)
Álex Chico
SMALL BARCELONA RED WALL
(Guerrero-Scully)
No sabría precisar su dimensión.
Guarda, simplemente, lo necesario,
soportando con ligereza la cadencia
de todo su abismo. Sus cuadrículas
poco o nada simbolizan
más que para sostener el conjunto.
Todas ellas –piedras, restos –
son prueba latente de su abandono.
Es curioso: de tantos muros bordeados,
intentando sobrepasar su límite,
sólo este es capaz de encontrar su cerca.
Me lo encuentro al cruzar
una sala, y soy capaz de rodearlo
sin dificultad apenas,
y volver a mirar hacia él
como un extranjero, con disidencia,
como un prófugo que se detiene
en mitad de un museo a resguardarse
del frío y permanece vigilante, a la espera.
La fosforescencia, relegada a los últimos trazos,
va mucho más allá de la simple cerilla.
El color, solapado, grisáceo.
Imagino cómo sería
encontrármelo en mitad de una calle.
Posiblemente, resultaría igual
en todos sus efectos.
Al menos, ahora compruebo que existe
el lugar, esa mínima evocación,
de escasas dimensiones,
que ya nunca me permitirá pasar
hacia el otro lado de la muralla.
(De Las Esquinas del Mar, Vitolas del Anaïs, nº 11)
Javier Benítez
EL PISTOLERO
Amor de mis
entrañas, prueba suerte
que hoy vengo
disfrazado a tu medida,
y sin pudor te
ofrezco una partida
que me de la
ocasión para tenerte.
No temas a jugar.
Cógela fuerte,
la bala del amor es
recibida
por el tambor
rugoso donde vida
no nacerá jamás,
pues todo es muerte.
Sostengo la culata
entre mis dedos,
levanto el
percutor, respiro hondo.
Oigo tu corazón
acelerado.
En el ambiente
flotan nuestros miedos.
Pongo en tu boca su
calor redondo
y si aprieto el
gatillo habré ganado.
Antonio Dafos
ESPECULACIÓN RÁPIDA
Cualquier espejo o bien cualquier
fragmento de espejo, si un
fragmento
es concebible siendo algo
ilimitado,
puede apartar un momento nuestro
rostro
de nosotros. Éste, en la mesa,
le descarga de su faz y la acomoda
entre enseres, diremos que más
propios,
de mantel: bodegón con frutero,
tabaco
y una cara y que le agrada porque,
triste – por razones que no vienen
al caso-
estando, le ha quitado de en medio
y acogido aquello que sea él y su
pesar
entre cosas del mundo por un rato,
cediéndole una orilla para verlo.
Alejandro Pérez Guillén
GRAFITTI
Yo canto a las paredes
templadas por el spray,
pintadas por la mano
azul de la palabra.
Imágenes contemplo de grafittis
con lágrimas prestadas por el
tiempo,
con sueños agrupados
entre las juguetonas arrugas de
pared
y grietas amarillas en el rostro.
Los espejos ya no mienten,
ni tampoco son capaces
de devolver el pasado.
Julio César Quesada
CON LA MUERTE
EN LOS TALONES
Largo tiempo has cohabitado en los
vientres
lunares, bajo una placenta de una
pulcritud
extrema que te resguardaba de la
lluvia,
que sólo conoce la condena de la
calma
y el olvido de uno mismo.
Largo tiempo has participado del
azar
de un fuego incansable en su
calor,
del crepitar de cirros ocres sobre
unos labios
que disuelven la posibilidad de
celebrar
una vez más el alba.
No dejas de vislumbrarte como si
fueses
un paisaje casi invisible por la
última luz.
Cuándo dejaste de ser habitable.
Fue la lucidez de tu ajuste la que
a la vez ahuecó
tus ojos y reconstruyó tu cuerpo
que ha sido
privado también del ritual
agridulce de pensarse
muerto.
Danilo
CABALLO DE PALABRAS
Utilizo la conductividad del cielo
para que vuele el yo en su caballo
de palabras.
Hoy el Sol se siente
para todo aquel que desee serlo.
Y en verso se dibuja cual columna
de humo doméstico
toda acción humana y todo buen
pensamiento.
Vicente Gutiérrez Escudero
¿te has encontrado últimamente
con un tigre en las calles de tu ciudad suele
ser habitual encontrarte con cisnes/ogros cabizbajos
que tras un día perdido se te van
echando encima que no descubran tu escondite que
no descubran que tu ascensor huele a perfume que
no te muerdan contagian enfermedades